Villa Llanquín es un pequeño pueblo ubicado a pocos kilómetros de Bariloche. Gracias a Nelson Salazar este lugar se hizo conocido porque decidió publicar sus fotos en las redes sociales y mostrar sus maravillosos paisajes. De esta forma, sus posteos se volvieron virales en Instagram y enamoró a todos por los magníficos atractivos que encierra este pequeño, pero mágico lugar.
Villa Llanquín tiene alrededor de 350 habitantes que hace pocos meses era prácticamente desconocido y pocos habían escuchado hablar de él. Ubicado a 40 km de Bariloche por la ruta nacional 237, quienes llegan hasta allí tienen una balsa gratuita que cruza a los turistas desde el margen de Neuquén al de Río Negro en el kilómetro 1610. Disfrutar de los paisajes desde ese lugar es una experiencia maravillosa.
Para quienes prefieran avanzar sobre camino terrestre pueden llegar hasta el pueblo a través de la ruta 23, hasta Pichi Leufú, aunque este camino es de ripio y no está en muy buen estado.
El lugar, además de tener hermosos paisajes, atrapa por su tranquilidad, algo que llama la atención de muchos visitantes que buscan destinos donde poder desconectarse y conectar con la naturaleza.
Nelson de 31 años, nació en Bariloche, pero vive en Villa Llanquín y trabaja de mozo en un bar de la zona. Además, es un enamorado de este lugar y a través de sus fotos hizo que la aldea se hiciera famosa y que comenzara a recibir cada vez a más turistas. "Te muestro los paisajes de un rinconcito de la Patagonia Argentina", expresa en su cuenta de Instagram donde recibe miles de likes por las maravillosas imágenes que toma.
Por ahora Nelson solo lo toma como un juego o un espacio para mostrar la magia de Villa Llanquín. El joven asegura que se divierte mucho compartiendo fotos de su pueblo y dice que es algo que jamás imaginó que haría y, mucho menos, que tendría tanta repercusión.
¿Qué hacer en Villa Llanquín?
Es un sitio ideal para los que disfrutan de hacer escalada, trekking, pesca, ciclismo y avistaje de aves. Además, se pueden hacer visitas a un campo de lavanda con más de 4.000 diversas especies.
Sobre el Río Limay se puede realizar una caminata, navegarlo o ir a pescar, además de hacer circuitos en bicicleta y recorrer el lugar con libertad.
Para quienes quieran pasar un par de noches, hay algunas opciones de hospedaje para disfrutar el lugar a pleno: un camping y algunas pintorescas cabañas.
El lugar aún no cuenta con gran infraestructura turística y tampoco hay circuitos turísticos armados, ni señal de teléfono, lo que le brinda un toque místico especial.