Tras la reciente y conmovedora partida del Papa Francisco, un video de Diego Armando Maradona resurgió con fuerza en las redes sociales. En él, el ídolo popular se refiere al sumo pontífice con una devoción sincera que refleja el impacto espiritual de Mario Bergoglio, el primero Papa argentino (y sudamericano) de la historia.
Durante una cena multitudinaria, en tono confesional y rodeado de figuras del deporte y la cultura, Diego Maradona –fiel reflejo de la argentinidad en todas sus contradicciones– se dirigió a los presentes con una frase que hoy, en medio del luto mundial, cobra un valor casi profético:
“Quisiera transmitirle a todos los argentinos que ayer volví a la Iglesia gracias a Francisco. Me había alejado porque estaba enojado con Dios, pero en Francisco encontré un hombre humano que no me hizo besar el anillo y que me dio un abrazo como si me lo hubiera dado mi viejo. Eso me compró el corazón.”
En tiempos donde la espiritualidad parece desplazada por lo inmediato, el testimonio de Maradona demuestra que la fe puede renacer en los lugares menos pensados, incluso en quien fue visto como un símbolo secular. La imagen de un Diego emocionado, volviendo a abrazar la Iglesia gracias a un Papa “que no le hizo besar el anillo”, es también una postal de lo que significó Francisco para millones.
El Papa de los argentinos
Mario Bergoglio, nacido en Flores y forjado en los pasillos de los barrios porteños, logró ascender hasta lo más alto del Vaticano sin perder la impronta de pastor cercano. Su renuncia a ciertos lujos papales, su prédica por una Iglesia pobre para los pobres, y su lucha constante contra la corrupción moral dentro y fuera del clero, lo convirtieron en un referente mundial de la ética cristiana.
Hoy, con su muerte, se cierra una era para la Iglesia católica, pero también se abre un tiempo de revisión profunda sobre su legado. Para muchos, incluido Maradona, Francisco fue mucho más que un líder religioso: fue un símbolo de redención, sencillez y humanidad.
El conmovedor homenaje de Maradona, uno de los máximos exponentes de la cultura popular argentina, deja entrever la magnitud de lo que representa Francisco para el país: una figura que trascendió la religión para convertirse en un puente de unidad, incluso entre quienes se sentían alejados de la fe.
Maradona y Francisco. Dos íconos, dos Argentinos universales. Un abrazo que hoy representa la esperanza de todo un pueblo.