Hace unos días, Hernán “Plomo” González, empleado del Ministerio de Producción, llevó agua a la localidad de Taquimilán frente al llamado desesperado de Feliciano Correa, un conocido criancero de la zona. Luego de cargar el camión en las inmediaciones del EPAS, "Plomo" González, tomó la Ruta 40 hasta el ingreso a la localidad de Taquimilán.
Al llegar al puesto el panorama era realmente desolador: dos bebederos con algo de agua, y la laguna improvisada donde almacena el agua para las chivas, que ya estaba casi seca.
El campo es muy seco, y no hay arroyo ni vertiente. El agua llega por manguera desde un hilito de agua que se encuentra a más de 400 metros, describe el criancero de Taquimilán ante la consulta de Celina Barchiesi, corresponsal de Prima Multimedios en Chos Malal. Ese sector es de chacras, por lo que llegar con las chivas hasta ahí es casi imposible, aparte de los inconvenientes que trae respecto a que se comen la producción de ese sector, agrega Feliciano. El criancero está preocupado porque las chivas están pariendo y requieren de mucha agua para mejorar la cría de los chivitos nuevos.
Para el consumo familiar almacenan agua en tanques, algo que también requiere de que le lleven el agua en camiones y administrarla para que rinda todo lo que se pueda.
Esta situación se está repitiendo en varios campos de invernada, ya que este invierno ha tenido como característica la presencia de mucho viento, que resulta una complicación para que la tierra mantenga la humedad y para que crezcan pastos frescos.
La época de parición es el momento de mayor trabajo para los crianceros y en el que depositan sus esperanzas y proyectos, de esa producción depende el ingreso económico que les permitirá solventar la economía del hogar.