Sara Itkin, hace tiempo halló su lugar en la Patagonia, donde expandió su pasión por las plantas nativas. Con más de dos décadas de residencia en Bariloche, logró destacarse como un referente en la fusión entre la medicina académica y los conocimientos ancestrales de los pueblos originarios que han habitado históricamente la región.
En estos días presenta su tercer libro, “Plantas nativas de la Patagonia para la salud” el cual promete crear una guía útil para formar un “botiquín” natural con especies que fácilmente podemos encontrar en la región.
Medicina y naturaleza
Sara reside y desempeña su actividad en Bariloche desde hace más de 20 años, pero sus trabajos de divulgación, que incluyen numerosos artículos y tres libros dedicados al uso medicinal de las plantas de la Patagonia le han otorgado un reconocimiento a nivel nacional.
Estudió medicina en la Universidad Nacional de Rosario (Santa Fe) y completó su residencia como Médica Generalista. Vivió y ejerció la medicina en Neuquén, en zonas rurales y en comunidades Mapuche.
Cuenta que, en la actualidad, lleva adelante el "Jardín de Nativas" de Cervecería Patagonia en Circuito Chico, un proyecto que comenzó hace tres años. “En agosto fue nombrado Jardín Botánico, perteneciendo a la Red Argentina y Sudamericana de Jardines Botánicos. Es un jardín de valor cultural, ornamental, alimenticio y medicinal”, explica.
Entre sus otros trabajos que complementan las consultas de medicina natural, comparte que “estamos desarrollando cultivos experimentales de uñi (Ugni molinae) y de la frutilla nativa con investigadores de la UNRN, UNC, CONICET, IRNAD e INIBIOMA. También con CONICET y la comunidad barilochense estamos llevando a cabo un hermoso proyecto de cuidado de las Orquídeas Nativas llamado El Camino de las Orquídeas”.
Conexión entre la ciencia y lo natural
En su nuevo libro llamado “Plantas Nativas de la Patagonia para la Salud", editado por Artemisa, Sara propone: “conocer 87 especies nativas de la inmensa biodiversidad de la región patagónica describiendo sus características, hábitats, propiedades medicinales y alimenticias, sus formas de utilización y cultivo. Las mismas están acompañadas de bellas imágenes a color”, revela.
Y añade: “vamos aprendiendo dónde viven, cómo podemos cultivarlas, destacando sus virtudes alimenticias y medicinales y las formas de uso. La propuesta es conocerlas, usarlas, y fundamentalmente entender que son legados bioculturales que debemos valorar y cuidar”.
“El libro tiene un formato de guía –continúa – las especies están agrupadas en árboles, arbustos y subarbustos, hierbas, plantas trepadoras y epífitas, helechos y equisetos, para que resulte más fácil su búsqueda. Llevan su nombre originario en primer término con el fin de fortalecer su identidad cultural y también los otros nombres conocidos. Cada planta está acompañada de fotos a color para ayudar a su identificación”.
Según asegura la médica patagónica, en este libro conviven los saberes naturistas, ancestrales y académicos: “Las plantas elegidas son plantas por mí conocidas. Aprendí sobre ellas en una ronda de saberes, como también buscando información científica sobre sus componentes. De boca en boca se fueron transmitiendo por siglos las virtudes de las plantas nativas”.
“En los últimos años se avanzó en el estudio de sus principios activos que validan el saber ancestral. Y todo esto lo transmito en el libro. Todos esos saberes confluyen en mí, y sumo mi experiencia de más de 30 años de revalorizar a las plantas como compañeras en el camino de la salud”, relata.
Durante este mes, las primeras presentaciones serán el viernes 7 a las 18, en el Jardín de Nativas de Cervecería Patagonia (Bariloche); Sábado 15 de febrero a las 10, en la Fiesta de los Jardines (Salón de Convenciones de Villa La Angostura); Sábado 22 a las 18, Centro Termal Copahue-Neuquén.
Yuyos de verano
El verano continúa y las plantas nativas de la Patagonia son una fuente muy rica de beneficios para pasar estos días. Sara recomienda “comer michay, calafate, maqui, parrilla de campo. Son deliciosos y su contenido en antioxidantes es mayor que el arándano”.
“Podemos hacer bebidas refrescantes con cuyi cuyi (Oxalis valdiviensis), macerando hojas y flores en agua y agregando limón o naranja. Aporta también vitamina C”, añade.
Por otro lado, con la temporada, en la región, lamentablemente, se viven críticas situaciones de incendios forestales que ya han arrasado con poblados, viviendas, flora y fauna. Sara, en su labor como divulgadora de lo natural y el respeto al ambiente, propone comenzar a “observar el entorno, conocer el lugar adonde vivimos, evitar transformaciones bruscas en nuestros jardines, cultivar nativas, usarlas con cuidado y respeto. Así estimularemos la llegada de polinizadores nativos, y fomentaremos el cuidado de la biodiversidad”.
Conectar
Desde la edición de su primer libro, hace más de 20 años, Sara destaca el aumento del acceso a la información e intercambio de redes sociales; “creo que hay mucho consumo de información en la actualidad”, dice.
“Mi opinión es que hay que pasar más tiempo en la naturaleza, observarla, vivenciarla, ya que somos parte de ella. La pandemia nos llevó a conectar con los tiempos de la naturaleza, a buscar sanarnos con las plantas y a hasta cultivar nuestros alimentos. Pero volvimos en poco tu tiempo al consumismo, a no ocuparnos de la basura que generamos”, reflexiona.
Y cierra: “en cuanto a las plantas como medicina, se avanzó tanto en el estudio de ellas como así en el uso”.