Llegó la feliz noticia, Martina fue adoptada. Un final que debería repetirse para cada uno de los callejeritos que buscan hogar. Desde el sábado Martina tiene su familia, su casa, su patio y duerme tranquila adentro.
Mariana leyó la historia y no dudó en tomar la decisión. La esperó con su alimento y la correa casi tan ansiosa como cada uno de nosotros. Durante el viaje de Cipolletti a Neuquén Martina iba observando las calles sin saber cual sería su destino.
Entró a su nuevo hogar y movió la cola, se dejó hacer mimos y fue instantáneo el amor que sintió. Estos son los finales que nos encantan escribir. Martina ya tiene una familia y un hogar. Colas&Bigotes.