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Jueves 24 de Abril, Neuquén, Argentina
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Le exigieron un permiso para compras y le sacaron el auto

Es docente de la escuela 280 de la ciudad de Neuquén y el violento operativo se registró el sábado, en Combate de San Lorenzo y San Martín.
Lunes, 13 de abril de 2020 a las 02:05

A tono con el decreto del presidente Alberto Fernández, en Neuquén el gobernador neuquino, Omar Gutiérrez, estableció medidas concretas -también decreto mediante- para hacer cumplir el aislamiento social obligatorio, vigente desde el 20 de marzo. Una docente neuquina denunció en las últimas horas que, en cuestión de minutos, perdió el auto en un control policial y sumó dos causas penales, por no contar con un permiso para ir a hacer comprar. Ciertamente, ese detalle no está incluido en ningún decreto. Sobre todo, si se trata de circular un sábado a las 11 de la mañana. En su relato, con lujo de detalles, denuncia que fue blanco de un violento accionar policial y que además, no se la preservó de las medidas básicas, en este contexto de pandemia.

Sin llegar a este límite de “excesos”, en los últimos días se conocieron en redes sociales diferentes criterios aplicados por el personal policial, según quien se encuentre a cargo del control. Algunos efectivos exigían el uso del barbijo a los transeúntes desde el 20 de marzo, cuando antes de la sugerencia oficial de barbijos o tapas bocas, prevalecía el concepto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en cuanto a cuidar y preservar el uso de barbijos para el personal médico. En otras situaciones, hay efectivos que exigen que, a la hora de circular, solo el conductor/a puede ir adelante y una persona atrás, para respetar el “distanciamiento social” aunque eso no se aclara en ninguno de los decretos publicados.

Pero lo vivenciado por Giselle Kler, una docente neuquina de la escuela 280, supera todos esos relatos. La mujer reveló y se hizo público en redes sociales y a través de diferentes organizaciones sociales, que el sábado 11 de abril, vivió una verdadera odisea en un control policial en el oeste neuquino, puntualmente en San Martín y Rodhe. Alrededor de las 11 de la mañana circulaba en su auto rumbo a un cajero, con la intención además de comprar alimento para su mascota y hacer las compras para su familia. “Llevaba el barbijo y me dirigí al cajero más cercano que es a 20 cuadras de casa (combate de San Lorenzo y San Martin). Cuando estaba volviendo hacia mi hogar a tres cuadras del mismo, por calle San Martin y Rodhe había un control policial. Me pararon y me pidieron un permiso para circular, por lo cual respondí que no tenía cierto permiso y que no necesitaba ese permiso para ir al cajero y mercado de la zona. El oficial insistió en que tenía que tener tal permiso y me pidió que le muestre la documentación del vehículo. Le mostré lo que me pidió y volvió a insistir con el permiso.  Le respondí que evidentemente él no tenía bien la información al respecto del protocolo y por esto le solicité que me dejara ir a mi casa que estaba a tres cuadras. El oficial me dijo que aguarde en el lugar y llamó a otro oficial, este llevaba un uniforme distinto y de color negro”, relató la mujer. Ya ambos policías presentes, le informaron que le retendrían el vehículo.

El siguiente, es parte de su relato: “Frente a la actitud agresiva de la Policía, decidí que no iba a bajar del vehículo, pero el oficial de la Metropolitana abrió la puerta de mi lado y por encima mío, tocando mi cuerpo se metió, arrancó la llave del tambor de encendido del auto (el cual estaba en marcha) y las revoleó arriba del techo del auto. En ese momento decidí bajarme para intentar agarrar la llave. En el mismo instante este oficial se me abalanzó impidiendo que yo llegue a alcanzarla y volvió a revolearla hacia la calle. Es importante aclarar que a partir del accionar de ese oficial empecé a sentir miedo y lo perplejo del asunto me superaba. Le pedí a este oficial que se identifique, pero me ignoró totalmente, entonces les pedí al séquito de oficiales que estaban y los que seguían llegando que me informaran el proceder y les reiteré que no podían llevarse mi auto, pero esto, no importaba. Le aclaré en varias oportunidades a este hombre que no podía tocarme cosa que también hizo, le dije que era un abusivo y que estaban todos ellos, oficiales masculinos abusando de su poder con una sola mujer y que no entendía para que seguían llegando tantos más policías. Les pedí que se identifique el jefe del operativo que iba a hacerse responsable de este accionar y aparece de no sé dónde un sujeto identificándose como oficial Benítez de la comisaría 16. El policía Benítez me dijo que me iban a demorar por desacato a la autoridad, al instante llegó otro patrullero, pero con oficiales femeninas.  Una de las policías femeninas se me acercó y me pidió que me dé vuelta con las manos detrás para esposarme”.

Y continúa: “Ahí apareció otro oficial y me entregó por fin la llave de mi auto, cuando intenté cerrarlo me di cuenta que la llave estaba doblada (porque el oficial de la Metropolitana que me había arrebatado previamente, en su atropello forzoso dobló la llave). Lo miré indignada a este oficial Benítez y le dije: "tu compañero en su arrebato me dobló las llaves del auto ¿Quién se va a hacer cargo de esto? y por ende no estaría entrando en la cerradura mirá,".  El policía con toda su impunidad me dijo: "¿quién te la dobló?, la llave no está doblada”, me la sacó de la mano y la metió forzosamente en la cerradura diciéndome: "¿Viste, no está doblada?" Mientras eso pasaba la oficial me esposó una mano (...). Yo tenía en una mano las llaves de mi casa, en la otra la del auto y la oficial me había esposado una mano mientras me tironeaba para esposar la otra. Luego de lograr su cometido me pidió que avance y me meta en la camioneta. Yo estaba totalmente inmovilizada, me dejé llevar por esta oficial, pero no me metió adentro de la camioneta, me empujó hacia la caja del patrullero y ahí me puso boca abajo y ella arriba mío. Necesito aclarar acá que todo esté accionar sucedió sin que yo tenga mi barbijo puesto, porque había quedado dentro de mi auto y no solo eso, sino que la caja de esa camioneta era un asco. A esto se suma  que al lado de mi cara tenía la bota de la oficial oliendo a cuero), de esta manera arrancaron arando la camioneta como si llevarán en la caja del patrullero a un narcotraficante. Llegamos a la comisaria y le pedí en dos oportunidades a la mujer policía que me quite las esposas, ella se negó. En ese momento apareció un oficial que estaba de turno, supongo que para esto ya eran más de las 13 hs. Este oficial empezó a tomarme los datos, yo estaba muy afligida y llorando le iba respondiendo cuando me preguntó de qué trabajaba, le respondí: soy maestra, en ese mismo momento este oficial le pidió a la policía que me quitara las esposas. Estoy mareada porque la verdad no sé con cuántos oficiales hablé ni cuántos me manipularon de un lado a otro y no todos tenían barbijo y la verdad es que todo el tiempo me expusieron”.

Transcurridas más de dos horas desde el momento del incidente, la docente denunció que se sumó otra mujer policía -para entonces ya había intervenido media docena de uniformados- le tomaron los datos y la dejaron en un calabozo. “Pasado unos 40 minutos, la sargento oficial del lugar me entrega un acta por triplicado para que firme dónde me notifican de las dos causas penales imputadas (infracción al decreto provincial N° 478 artículo I y II por no utilizar protección facial. ¿Violación al artículo N°205...) Firmé este papel y les pregunté si realmente existe ese permiso para ir a comprar al mercado? Por lo que respondieron que "no". Inmediatamente me dirigí hacia la otra comisaría 16 para averiguar dónde estaba mi auto porque nadie me sabía dar ese dato y necesitaba saber la identidad de los policías actuantes durante ese operativo abusivo. En esa comisaría, me atendió el jefe comisario "amable" pero sarcástico entre tantas cosas que me dijo me ofreció llevarme en un móvil el lunes hasta el sitio donde está mi auto porque con mi cara de histérica me voy a pelear con todos y me va a ir peor...”, concluyó en su relato, identificándose con número de documento, pero, además, clamando por recuperar su vehículo.

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