Un llamado al 911 alertó a las autoridades, aquel martes 3 de diciembre del 2019. Tres delincuentes habían robado una moto roja en la localidad bonaerense de José León Suárez, y las cámaras de seguridad de la policía comenzaron el seguimiento. En una esquina, asaltaron a un asustado joven, y montados los tres en el rodado, emprendieron una retirada, que dio paso a una persecución policial.
"Quien mal anda, mal acaba..." dice el dicho.
Y eso le pasó a estos jóvenes. Como si fuese un choque contra la realidad, o en enfrentamiento contra un destino, casi siempre inevitable, un patrullero se interpuso en su camino. Y pasó lo que podía pasar: los delincuentes volaron por los aires, y uno de ellos falleció con el impacto.
Fueron impresionantes, y recorrieron todos los medios, las imágenes de lo que ocurrió en el cruce de Mar del Plata y Profesor Agüer, en la localidad de Villa Ballester.
Fuentes policiales informaron en ese momento, que el delincuente muerto se llamaba Alejandro Reynoso. Mientras que sus cómplices, de 25 y 26 años, fueron trasladados al hospital Eva Perón, donde quedaron internados con politraumatismos en calidad de detenidos, situación que probablemente no se mantenga, gracias a la poca efectiva justicia argentina.
Los tres delincuentes intentaron esquivar el destino, pero como dice la canción "la suerte juega con cartas sin marcar, no se puede cambiar".