Un simulacro de boliche bailable con protocolos que intentó llevar adelante el propietario de un céntrico boliche de Neuquén capital, fue abortado este viernes por la tarde cuando sorpresivamente llegaron efectivos policiales y funcionarios municipales para notificar que la actividad no estaba autorizada.
Los propietarios de La Casona, el boliche ubicado en diagonal Alvear 59, habían anunciado que este viernes por la noche iban a realizar un simulacro de apertura con la que pretenden demostrar que, con protocolos sanitarios, la actividad no tiene impacto en la transmisión del coronavirus. Los boliches bailables no están autorizados en Neuquén, desde la declaración de la pandemia.
Sorpresivamente, poco después de las tres de la tarde, varios efectivos policiales se apostaron en la vereda de La Casona ocupando en hilera todo el frente. Minutos más tarde arribaron funcionarios municipales, entre ellos la titular de Comercio, Gabriela Cagol, y el subsecretario de Medioambiente y Protección Ciudadana, Francisco Baggio.
Afuera, un grupo de Comerciantes Autoconvocados intentó obtener alguna explicación oficial sobre el sorpresivo operativo. Algunos enfrentaron a los uniformados a quienes les sugirieron que se vayan a cumplir con su objetivo de brindar seguridad. “Los usan de porteros o de floreros”, les dijo uno de los comerciantes que señaló haber concurrido a apoyar la apertura del local bailable.
“Medidas dictatoriales”
En el horario en el que se iba a realizar el simulacro, hubo una conferencia de prensa. Natalia Martín, referente de Trabajadores de Eventos Autoconvocados (TEA), fue una de las que se dirigió a la prensa para cuestionar las “medidas dictatoriales, restrictivas y patriarcales” adoptadas por el gobernador Omar Gutiérrez.
“Al parecer tenemos que estar a la expectativa de un gobierno provincial ausente que toma medidas dictatoriales y no nos da espacio para obtener soluciones”, dijo.
“Estamos ante una situación muy apremiante” señaló Martín, y graficó que “soy mamá de 5 hijos a los que en este momento les tengo que decir que se sigan muriendo de hambre porque afuera está el covid; tenemos que salir a vender pan, pero no alcanza para pagar la luz”.
Luego afirmó que “los trabajadores de eventos tuvieron que apelar a las fiestas clandestinas para poder subsistir, por la desesperación”.
También dijo que “lo que quisimos hacer esta noche fue una propuesta de protocolo”, pero señaló que “las medidas del gobierno están fallando porque nadie se contagia en un comercio o en una pista de baile”.
Finalmente expresó: “Le pido a la sociedad que entienda que somos trabajadores, y si nos mandan a la casa nos tienen que dar una alternativa. Basta de decirnos que nos reinventemos, porque hasta cerraron los centros de capacitación”.